Son las 21:30 de la noche de hoy martes 19 y nos apresuramos a recoger y prepararnos para abandonar Kupang de inmediato. Las negociaciones con las autoridades aduaneras no han prosperado en el sentido esperado y nos han ordenado que zarpemos al amanecer, en caso contrario precintarán o confiscarán las embarcaciones y arrestarán a las tripulaciones. Es una situación incómoda y muy desagradable para todos ya que no tenemos ninguna certeza que las aduanas de otras islas de este país puedan aceptarnos. De momento marcaremos rumbo a Balí mientras esperamos instrucciones de la organización. Si no nos quieren en Bali deberemos ir a Singapur, pero esto queda algo mas apartado y comportará muchos mas días de navegación. Cruzamos los dedos y confiamos en que triunfe la razón.
La cuestión es que la aduana exige un depósito o aval del 15-20% del valor de cada embarcación que teóricamente y prévia reclamación se devuelve una vez abandonado el país para asegurarse de que nadie vende la embarcación a alguien de por aquí. Esta es una circunstancia que se ha dado en algunas ocasiones y las autoridades no están por la labor de dejar de ingresar las tasas aduaneras correspondientes. Otra alternativa es alquilar los servicios de un agente local que actúa como garante y que cobra 600 dólares por cada embarcación, pero esta opción fue descartada por la organización, si bien ya lo hicieron en otra ocasión , creando así un mal precedente.
Todo esto nos lleva a que nos encontramos en aguas Indonesias ilegalmente al haber sido rechazados en uno de los puertos de entrada.