* Reflexiones
A lo largo de todos estos días no hacemos mas que pensar sobre todo lo acontecido y si hubiera sido posible evitar el fatal desenlace del Quest.
Nos preocupa igualmente la suerte que puedan correr nuestros compañeros del Spirit of Nina que decidieron seguir navegando, desoyendo de esta forma todas las recomendaciones y ruegos.
Quisiera pensar que estamos en un país amigo. A lo mejor si lo es, pero sus costumbres chocan bastante con lo más básico de nuestro entorno occidental. Leemos en una publicación, sobre recomendaciones a los visitantes, que las mujeres casadas no pueden salir solas si no van acompañadas por su hombre. Estas deben cubrirse en su totalidad, dejando visible en ocasiones un pequeño ventanal para poder ver y no darse un castañazo. Tampoco les está permitido conducir, aunque no vaya contra la ley, de todas formas creo que aquí en Salalah hay algo más de permisividad.
Está prohibido transportar bebidas alcohólicas en el coche si no tienes permiso, también lo está su consumo en lugares que no tengan licencia. Podemos consumirlo dentro de nuestras embarcaciones pero con discreción.
No se, pero siento temor cuando se nos aproxima un policía, presiento que nos puede detener por alguna razón o sin ella, si se le antoja. El otro día hubo un intento de violación de un policía con uniforme contra una chica del rally, la hija de Paul y Derry de la embarcación Jackamy de 24 años y debimos de callar para evitar males mayores.
Este mismo policía que todos conocen, un día antes iba saltando de embarcación a embarcación exigiendo botellas de whisky o brandy. La corrupción parece evidente, la empresa de alquiler de coches es propiedad de un ministro, así como, otras tantas nueve empresas. Para parar las recientes manifestaciones, el sultán que lleva cuarenta años en el poder, prometió crear 50 mil empleos en una semana y la población se lo creyó, además, ofreció un subsidio de desempleo de 300 euros a los jóvenes para que callaran.
No se, sinceramente, no me siento ni bien ni seguro aquí. Pero debemos guardar las formas y evitar comentarios ya que hemos de vivir aquí varias semanas o quizás sean meses.
Nos dicen que este país parece tener lugares interesantes. Somos incrédulos pero en los próximos días intentaremos descubrirlos, aunque no me siento demasiado atraído. Desconfío de los árabes, con perdón. Cuatro o cinco semanas son mucho tiempo para estar dando tumbos por el puerto bajo un ardiente sol, tragando polvo de la cantera o la fina arena del desierto. Deberemos hacer algo, deberemos preparar alguna salida, ver la ciudad, ir a visitar algún museo. Que se yo, no veo el día en que salgamos de aquí, pero no debemos perder el rumbo. Un buen marino no debe nunca perder el rumbo.
Que gran fatalidad para un marino estar tanto tiempo en tierra, que larga y que desesperante se hará la espera. En una ocasión dije que la mar nunca fue amiga del hombre, pero muchos hombres tampoco lo son y me temo que de esto hay bastante no muy lejos de aquí.
La pérdida de nuestros amigos del QUEST nos está afectando a todos. Nadie quiere hablar mas de ello pero yo pienso que si hay que hacerlo. Ayer partieron quince embarcaciones que no quisieron transportar los barcos, una de ellas son unos compañeros del Rally ya que el resto ha optado por transportarlos. Pero nuestros amigos, los del “Spirit of Nina” piensan que no hay para tanto y han optado por seguir navegando, hacia el mal llamado corredor de seguridad y luego hacia el mar Rojo. Estamos angustiados por lo que les pueda pasar, hemos fracasado en nuestros intentos de convencerles para que no lo hagan, pero ellos han tomado una decisión firme que debemos irremediablemente aceptar.
Los barcos están tristes, están cansados pero tienen miedo de quejarse por si los abandonamos aquí lejos de casa, ellos todavía no saben hasta donde llega la fidelidad y el amor del marino para con su barco.
Nosotros seguiremos mimando a nuestro Bionic, aprovecharemos esta estancia no prevista para hacer las revisiones y mantenimiento de todos sus elementos para tenerlo a punto para cuando lo embarquemos, para cuando lleguemos a nuestro querido Mare Nostrum, allí donde soplan aires frescos de libertad aunque algunos lo nieguen. Allí donde se come una buena paella, unas secas con butifarra, un buen jamón o un buen queso que los hay en cantidad, y no digamos, allí donde se puede beber el mejor vino.
Mientras tanto, desde la distancia y desde este insólito país, en las orillas del Mar Arábigo, brindaremos con cava por todos vosotros en cuanto cojamos un poco mas de ánimos, por nuestras familias y por nuestros amigos, con el deseo y la esperanza de veros a todos muy pronto.
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