VUELTA AL MUNDO EN VELERO

De vez en cuando nos encontramos con islitas curiosas como esta, navegando a la deriva y que suponen un grave peligro por la noche al carecer de luces de navegación y no ser detectadas por el radar.

En esta zona de Indonesia y Malasia de forman unos nubarrones considerables cuanto menos te lo esperas, trayendo consigo no solo lluvia abundante, sino, fuertes vientos rolando en todas direcciones, y en consecuencia, una mar brava.

Estos habitantes locales de Langkawi son una monada, sino fuera por su agresividad para con los visitantes, ya que suelen arrebatar los bolsos o gafas y luego es complejo convencerlos para que lo devuelvan. Lo de la bolsa de plástico de al lado ya no hace tanta gracia. Desgraciadamente este es un mal endémico que padecemos en todo el planeta y no parece que tenga solución a corto plazo.

Las aguas de Indonesia y Malasia se encuentran altamente contaminadas básicamente por basura y desperdicios que la población lanza a los ríos y al mar sin titubeos. Lo que son los ríos y canales son básicamente cloacas en los que flotan todo tipos de objetos y ratas. No creo que exista conciencia ni política medioambiental alguna y es una pena, porque  la situación puede llegar a ser irreversible a corto plazo. Nuestro paso por estas aguas se ha visto dificultado con frecuencia por culpa de las bolsas de plástico, tablones de madera, restos de amarras y redes. Las hélices y timones de bastantes embarcaciones se han visto bloqueadas en mas de una ocasión por toda esta basura, incluyendo al Bionic.

Ya a punto de dejar Malasia, nos dedicamos a explorar la isla de Langkawi donde nos encontramos con unos rincones preciosos. Lástima que las aguas estándo algo turbias y además, hay muchas medusas con grandes tentáculos que pueden llegar a ser mortales. El Bionic está al fondo a la derecha.

Caminando por las calles de la población de Kuah en Langkawi, nos encontramos con estos contadores de agua justo en medio de las aceras por donde transita la gente y justo enfrente de cada portal. De seguro que le será muy cómoda la lectura al empleado de la compañía de aguas, pero los ciegos lo tienen un poco chungo. ¿De verdad que no había mejor lugar para montar los contadores?

Desde la Marina de Telaga nos hemos ido a visitar una  cascada de agua monumental y las siete pozas, reencontrándonos así con nuestro medio, el agua, aunque sea dulce. Estas pozas nos recuerdan las de Valderrobles, allí en el Matarraña donde hemos compartido buenos ratos con nuestros amigos de Viladecans. A partir de ahora vamos a tener que remojarnos solamente en rios, lagos o piscinas dada la cantidad de medusas existentes en esta área incluyendo Tailandia, donde 3 mujeres suecas han dejado la vida recientemente por culpa de las medusas.

Al mediodía y ante tantas comidas raras tanto en Indonesia como en Malasia, me inclino hacia la reina de la comida rápida, una hamburguesa espectacular que estaba ¡buenísima!

ñam ñam….