Al igual que el turrón, hoy vuelves a casa por Navidad y presiento que te quedarás con nosotros para siempre. Todos estos meses de nostalgia sin compartir vivencias y sin vernos al amanecer ya son simplemente historia. Es como si nada hubiera pasado porque no nos hemos olvidado el uno del otro, aunque presiento en mis entrañas que no olvidaste el dolor que sembré en tu alma cuando te dejé allá en las aguas de Tarragona. Sé que el dolor te duraría noches enteras llorando bajo las estrellas. Quise burlar mis sentimientos cuando te dejé con tu nuevo dueño y pensaste por ello que me reía de tu desgracia haciéndote mi enemigo, lastimando mi moral y entristeciendo mi vida.
Pero hoy has vuelto a buscarme porque piensas que ya no siento nada y que ahora me toca a mí sufrir lo que tú has sufrido hasta decidir volver para estar conmigo. Te equivocas amigo, los dos hemos sufrido la separación y la nostalgia de estos meses, pero hoy ha vuelto a salir el sol y ya siempre estaremos juntos y podremos compartir tantos y tantos recuerdos de nuestras vivencias allá por los mares de este mundo, navegando “Solos con el Viento”.
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